Un puente histórico
El Puente Bizkaia fue el primer puente transbordador del mundo y es uno de los pocos que se conservan en la actualidad
De los veinte puentes transbordadores que se construyeron desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, hoy en día no quedan en pie más que ocho. Estos se encuentran repartidos a lo largo de la geografía europea y latinoamericana y la mayoría continúan activos. El primero y uno de los más importantes es el Puente Bizkaia, más conocido como “Puente Colgante”, una imponente estructura metálica de color rojo entre Getxo y Portugalete que une las dos márgenes del Gran Bilbao.
El Puente Bizkaia ha acompañado la historia de España desde su nacimiento a finales del siglo XIX, coincidiendo con los años de regencia de María Cristina (1885-1902). Fueron seis años lo que tardaron en construir el puente, inaugurado de forma oficial el 28 de julio de 1893. “Es el resultado genial de la fusión de dos innovaciones tecnológicas diferentes”, explica Laura Pérez, licenciada en Turismo y empleada del Punto de Información de Getxo. Hace referencia a la moderna ingeniería de puentes colgados de cables, desarrollada a mediados del siglo XIX, y la técnica de grandes vehículos mecánicos accionados con máquinas de vapor.
Como un símbolo de la Revolución Industrial, el puente está fabricado en hierro. El diseño fue obra del arquitecto e ingeniero español Alberto Palacio Elissague, conocido también por su participación en la construcción del Palacio de Cristal del Parque del Retiro, en Madrid. “LA pregunta, y cuando digo LA es porque mínimo una vez al día lo preguntan, es si Eiffel es también el constructor del puente”, asegura Pérez. Esto se debe a que Palacio es considerado discípulo del famoso francés Gustave Eiffel, motivo por el que el puente muestra un gran parecido arquitectónico a las obras de hierro de este ingeniero.
En un principio su función era únicamente transbordadora, y se edificó para poder ayudar a los habitantes de Portugalete a cruzar a Getxo, y viceversa, sin entorpecer la navegación de uno de los puertos fluviales con más activo tráfico naval de Europa. No fue hasta 1999 cuando se inauguró la pasarela y adquirió la importancia turística que tiene hoy en día. “Se estima que desde que se inauguró en 1893, han atravesado la ría por el puente el equivalente a toda la población actual de EEUU y la Unión Europea juntas: 650 millones de personas aproximadamente”, explica Pérez.
Fueron 44 años los que el puente pudo cumplir su función como transbordador, porque el 17 de junio de 1937 el bando republicano lo destruyó a fin de dificultar el avance de las tropas de Franco. No fue hasta 1939 cuando mandaron hacerlo de nuevo; reconstrucción que se inauguró el 19 de junio de 1941. Este proyecto lo realizó el ingeniero de caminos José Juan Aracil, quien actualizó el diseño de la viga original y de los cables de suspensión y atirantamiento. Empezó montando la pasarela central desde el medio hacia ambas orillas de Portugalete y las Arenas mediante unos cables que sirvieron de apoyo para mantener la pasarela central.
“Es una gran obra maestra”, opina Laura Pérez. No es para menos, ya que el Puente Bizkaia fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006. Además, ha recibido otros premios y distinciones importantes: Diploma a la Calidad Turística en destino (Euskalit 2011), Aixegetxo sariak (Arquitectura y Espacio Público 2011), Certificación de Competitividad Turística del Gobierno Vasco (2015, 2016).
Utilizar el puente ahorra 20 km de trayecto de una margen a otra, principal motivo por el que fue tan innovador en la época de su construcción y continúa siendo un medio de transporte tan utilizado en la actualidad. A lo largo de estos años, por el Puente Bizkaia han pasado cinco barquillas diferentes y con el tiempo han ido evolucionando tanto en material como en medidas de seguridad.
En un principio el color del Puente Colgante era negro, pero debido a que este color absorbía más la radiación térmica, producía deterioros en algunas piezas. Debido a esto decidieron cambiarlo de color y propusieron tres tonos diferentes para elegir. Finalmente se escogió el color rojizo de la vena de Somorrostro.

Panel informativo situado en las instalaciones del Puente Bizkaia en el que se representan los ocho puentes transbordadores que siguen existiendo.
